domingo, 30 de enero de 2011

En el círculo de mujeres













Desde este puerto, en la segunda etapa de mi vida, inicio un viaje sin destino fijo. Me mueve el deseo, ese instinto primario, origen de mi amor por la vida. Los primeros descubrimientos me llevan hacia un reencuentro con mi propia espiritualidad, con mi creatividad desde la libertad de ser mujer. Cuando las brumas me arrastran hacia la nada, los destellos de Sol reflejados en otros ojos hacen brotar con fuerza la luz de mi alma. Me dejo acariciar por su calor, por esa entrañable ternura que brota de un corazón plagado de coraje, de fuerza vital, de sabiduría ancestral deseosa de ser compartida. En el círculo de mujeres me siento una más, escucho la vida que empuja, la red que tejemos juntas y que ofrecemos al mundo. Cuando vuelvo a mi barco contemplo la estela que dejamos, hermosa como la luz de la luna. En esta travesía, aunque a ratos se me desgarra el alma, sé que puedo estar sola. Una nueva fuerza emerge de la conciencia, que me hace entender y pertenecer al todo. Gracias compañeras por ayudarme a sembrar semillas de esperanza.

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