Me llevo el mar impreso en el alma. Mi corazón al ritmo de las olas se relaja en su latir.
Estos horizontes siempre verdes se prenden de mi retina.Algo sucede en esta mágica contemplación que hace expandir mis sensaciones hasta casi tocar el cielo.
Y aunque esta experiencia apenas dure unos segundos de realidad, ha hecho que el tiempo se dilate hasta la eternidad.
Porque en determinados momentos y en lugares especiales una se siente como si llegara a casa, a la morada interior, a un espacio sin tiempo.
Para mí este es uno de ellos. Y el tuyo ¿dónde se haya?
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